Seguro que has oído que controlar las porciones de comida que pones en el plato tiene varios beneficios para el organismo y suele ser la clave para perder peso, el objetivo de muchas personas.
Tiene todo el sentido del mundo: comiendo porciones más pequeñas consumirás menos calorías. Pero no siempre es tan sencillo. Hay muchas personas que no pueden perder peso porque cometen excesos, independientemente del volumen de alimentos ingeridos.
Y es que es fácil exagerar cuando se tienen alrededor raciones enormes en los restaurantes, paquetes (¡de tamaño gigante!) en los supermercados y todo lo que se quiere (¡y puede!) comer en los buffets.
Por lo tanto, para tener una rutina alimentaria equilibrada, es importante acertar tanto en la parte cualitativa como en la cuantitativa de la dieta.
Recuerde siempre que el exceso de nutrientes no aportará beneficios adicionales. Al contrario: pueden perjudicar el equilibrio del metabolismo, además de provocar el temido aumento de la grasa corporal y el desequilibrio en la interacción de los nutrientes.
Por otro lado, comer menos raciones de las recomendadas influye negativamente en tu rendimiento físico y cognitivo, minando tus recursos inmunológicos y tu capacidad de adaptación al estrés, por ejemplo.
Consejos para controlar las porciones de comida y ganar en salud
1. Come sólo lo que te apetezca
De lo contrario, corres el riesgo de comer muchos otros alimentos y seguir sin sentirte satisfecho. Pero controla la cantidad, y si la comida es demasiado calórica, prepárate para comer sólo una pequeña porción.
2. No te preocupes por comer todo
Cuando cenan fuera, algunas personas limpian sus platos, incluso cuando ya están satisfechas y la ración es enorme. Si tú también eres así, no caigas en esta trampa. Obedece las señales de tu cuerpo.
Pide al camarero que te envuelva las sobras en cuanto sientas que has comido lo suficiente como para no tener más hambre. De este modo, no seguirás comiendo y seguirás ahorrando en tu próxima comida.
3. Comprar alimentos en porciones individuales
Seamos sinceros: una vez abierta una gran bolsa de patatas fritas, es muy difícil que dejes de comer antes de que se acabe.
Sin embargo, si prefieres ahorrar dinero comprando paquetes más grandes, divide el tentempié en bolsitas pequeñas una vez que llegues a casa.
4. Lea atentamente las etiquetas
Muchos alimentos y bebidas se envasan en porciones más grandes, con dos o más unidades.
Por eso es bueno asegurarse de comprobar primero el número de raciones por envase y luego comer o beber sólo una unidad.
5. Utilizar platos más pequeños
Disminuir la vajilla en tu casa también puede ayudarte. Un psicólogo estadounidense, encuestó a 85 expertos en alimentación y demostró que realmente funciona.
A algunos les ofreció helado en un cuenco pequeño, y a otros en un bote más grande. Incluso los expertos, que deberían conocer esta regla, cayeron en la trampa y se sirvieron un 31% más de helado en el bol grande.
Así que utiliza platos, cuencos y tazas más pequeños para tus comidas. Además, prefiera las cucharas pequeñas para servir los alimentos más calóricos con aderezos y salsas, y las grandes para los artículos bajos en calorías como las verduras.
6. Ensalada: un gran aliado
Evite comer alimentos calóricos cuando tenga hambre. Haz una comida equilibrada antes y deja el tentempié sólo para la degustación.
Además, presta atención al hecho de que durante este proceso de reeducación dietética tendrás la tentación de comer porciones más grandes en algunos casos.
Para huir de las ganas repentinas, completa tu plato con verduras bajas en calorías, como apio, zanahorias o verduras de hoja verde.
7. Espera antes de llenar tu segundo plato
Si ya ha comido, pero sigue teniendo hambre, intente esperar 10 minutos antes de repetir. Así que en lugar de ir a por el segundo plato de fideos, intenta distraerte con algo, hablando con alguien o leyendo si estás comiendo solo. Si tienes mucha hambre, después de ese tiempo vuelve a servirte, pero opta por alimentos bajos en calorías.