Inflamación renal

Inflamación renal, causas, síntomas y tratamiento

La inflamación renal aguda puede tener síntomas muy diferentes, desde una inflamación leve con síntomas mínimos, hasta un síndrome inflamatorio severo similar al shock séptico. Independientemente de la gravedad, el tratamiento debe iniciarse de inmediato.

Las infecciones del tracto urinario significan inflamación en cualquier parte del tracto urinario, e incluyen diversas enfermedades y síndromes clínicos. Las infecciones del tracto urinario son las segundas infecciones más comunes después de las infecciones respiratorias, por lo que debido a su alta frecuencia representan un amplio problema de salud pública.

La inflamación renal, o pielonefritis, es una infección bacteriana de uno o ambos riñones. Pertenece a las infecciones de la parte superior del sistema urinario e indica inflamación del parénquima renal y goteo.

Sobre los riñones y su función

Los riñones representan la vía principal para la excreción de productos de degradación metabólica, sustancias químicas, fármacos y metabolitos hormonales. Es importante que los productos metabólicos creados en los procesos del metabolismo intermedio se eliminen al mismo ritmo que se crean.

Los principales productos metabólicos excretados por el riñón son: urea (formada por el metabolismo de los aminoácidos), ácido úrico (del metabolismo de los ácidos nucleicos), creatinina (de la creatina muscular) y bilirrubina (formada por la descomposición de la hemoglobina).

El riñón participa en la regulación a largo plazo de la presión manteniendo el volumen de agua, electrolitos y la secreción de hormonas, pero también tiene una función en la regulación a corto plazo de la presión arterial.

Síntomas y complicaciones

La inflamación renal aguda puede presentarse con síntomas muy diferentes, desde una inflamación leve con síntomas mínimos, hasta un síndrome inflamatorio severo similar al shock séptico.

Los síntomas típicos que se presentan son:

• aumento de la temperatura corporal

• escalofríos, escalofríos

• vómitos

• dolor lumbar (dolor de espalda)

• mal estado general del paciente

Las formas más leves de pielonefritis pueden manifestarse solo por una temperatura más leve, con o sin dolor lumbar. Sin embargo, la inflamación aguda de los riñones se presenta con mayor frecuencia en su forma más grave con todos los síntomas enumerados de la enfermedad; con la anamnesis y el examen físico, se puede hacer fácilmente un diagnóstico y se puede iniciar el tratamiento.

Los síntomas de inflamación de la vejiga a veces pueden estar presentes (micción dolorosa, urgencia, micción frecuente, dolor suprapúbico), pero un empeoramiento repentino de los síntomas con un aumento de la temperatura puede ser un signo de inflamación renal.

Una temperatura corporal marcadamente elevada (por encima de 38 ℃) es principalmente un signo de afectación de la parte superior del tracto urinario y representa la diferencia entre la cistitis y la pielonefritis. La inflamación de los riñones conduce a un aumento más significativo de la temperatura corporal que la inflamación de la vejiga urinaria, en la que son posibles las temperaturas subfebriles.

Las complicaciones son mucho más comunes en pacientes con enfermedad renal crónica, diabetes, inmunocomprometidos y pacientes trasplantados. Las posibles complicaciones son:

• daño renal agudo

• sepsis

• daño renal crónico (que crea una cicatriz)

• necrosis papilar

• absceso

Establecimiento de un diagnóstico

Por lo general, hacer un diagnóstico no requiere imágenes extensas, pero a veces es necesario evaluar el efecto del tratamiento o cuando se sospechan complicaciones que requieren un cambio en el método de tratamiento.

El método de imagen que mejor muestra posibles abscesos o la existencia de cálculos es la tomografía computarizada, y para una mejor valoración de la función renal, además de la imagen nativa, se puede utilizar la imagen con contraste.

Tratamiento

Si las pruebas revelan una condición que predispone al desarrollo de una infección, como una obstrucción, anomalías estructurales o cálculos, es posible que se requiera cirugía para corregirla.

Los pacientes con un cuadro clínico más grave y numerosas comorbilidades deben ser hospitalizados e iniciar terapia antimicrobiana parenteral lo antes posible. Los pacientes con un cuadro clínico más leve no necesitan hospitalización y el tratamiento se puede realizar de forma ambulatoria.

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