¿Qué son los acufenos

Acúfenos, Causas, diagnósticos y tratamientos

¿Qué son los acufenos?

Los acúfenos en el oído y/o la cabeza no son una enfermedad, sino un síntoma que puede estar relacionado con diversas enfermedades y afecciones médicas. Se manifiesta como un ruido que no está causado por una fuente sonora externa y, por tanto, se define como percepción auditiva fantasma, es decir, que no es percibida por nadie más que el propio afectado por el tinnitus.

El trastorno, sin embargo, produce un gran malestar e interfiere enormemente en la calidad de vida, ya que compromete el sueño, la concentración, el rendimiento laboral, la vida social y, en consecuencia, el equilibrio emocional. No por casualidad, el tinnitus se considera uno de los peores síntomas para el ser humano, sólo superado por el dolor intenso y el mareo intratable, síntoma que también se genera por una enfermedad en el laberinto. Sin embargo, se describen diferentes intensidades de este ruido interno, que van desde el leve, cuando el individuo sólo lo percibe en algunas situaciones, hasta el grave, cuando se vuelve continuo e intolerable.

Al tratarse de una percepción subjetiva, no compartida por otras personas, el nivel de incomodidad, intolerancia y pérdida de calidad de vida que provoca el acúfeno en el portador depende menos de su intensidad y más de las sensaciones que provoca el tipo de sonido, así como de su constancia, duración y localización.

Causas y síntomas de los acufenos

Varias enfermedades y condiciones clínicas pueden desencadenar el daño auditivo que se manifiesta en el tinnitus. Entre ellas, destacan las alteraciones metabólicas (hipoglucemia, diabetes, trastornos tiroideos y problemas en el metabolismo de las grasas) y las cardiovasculares (hipertensión, insuficiencia cardíaca, etc.). Otras enfermedades más graves, como la esclerosis múltiple, los tumores cerebrales, los traumatismos craneales y las secuelas de la meningitis y la encefalitis, también pueden provocar acúfenos. Las alteraciones psicológicas/psiquiátricas (estrés emocional, depresión y ansiedad) son factores que empeoran la sensación de acúfenos y a menudo la hacen intolerable. Algunos fármacos también pueden causar acúfenos irreversibles. Se calcula que hay unas 70 sustancias capaces de desencadenar la manifestación, entre ellas el ácido acetilsalicílico (la popular aspirina) y algunos fármacos antiinflamatorios, antidepresivos y antibióticos. La automedicación y el uso indiscriminado de ciertas drogas es uno de los aspectos más importantes de este problema. El tinnitus también es consecuencia de las pérdidas de audición, tanto las causadas por la exposición prolongada a ruidos muy fuertes como las derivadas de la edad. La persona que padece acúfenos suele definir el síntoma de varias maneras, como un chirrido, un silbido o una campana, como el ruido de una ducha o de una cascada, como el sonido que emana de una concha, como el canto de una cigarra, como el escape de una olla a presión, como el vuelo de un insecto y como el latido del corazón, entre otras comparaciones. Este ruido puede ser continuo o intermitente, con uno o varios tonos e intensidades diferentes.

Exámenes y diagnósticos de los acufenos

Como el acúfeno es un síntoma de algún trastorno que suele localizarse en el laberinto, órgano que alberga las funciones de la audición y el equilibrio corporal, la búsqueda de su origen requiere una evaluación clínica completa. Esto incluye un estudio detallado de los antecedentes de salud del individuo, las características del síntoma (como el tipo, la intensidad y la constancia) y, sobre todo, el nivel de molestia que provoca el cuadro.

Esta encuesta, obviamente, pasa por un examen físico y otorrinolaringológico detallado, que se realiza en la consulta del médico. Ya es posible detectar algunas afecciones comunes, como el exceso de cera y las infecciones de oído. La investigación debe continuar con una evaluación otoneurológica que incluya pruebas auditivas y vestibulares (equilibrio). Los resultados de esta evaluación, junto con los datos obtenidos en la historia clínica, indican qué otras pruebas de laboratorio y de imagen deben realizarse.

Tratamientos y prevención de los acufenos

Una vez que se comprueba que el acúfeno se debe a alguna condición clínica, esta causa se trata de manera específica, lo que normalmente suprime o al menos atenúa la manifestación. Para los casos en los que el origen no está bien establecido, el tratamiento varía de una persona a otra. En general, se utilizan medicamentos que interfieren en las células nerviosas de las vías auditivas. También pueden estar indicados algunos tipos de vasodilatadores (reguladores del flujo sanguíneo) y algunos medicamentos que mejoran el estado emocional, como los ansiolíticos y los antidepresivos.

Actualmente, también existe la opción de utilizar una terapia conductual, cuyo objetivo es entrenar a la persona que padece acúfenos para que no reaccione ante el sonido del acúfeno y elimine los sentimientos negativos asociados a él. Esta técnica se desarrolla mediante sesiones de orientación y el llamado enriquecimiento sonoro, que consiste en el uso de generadores de sonido individuales, similares a los audífonos, para reducir la percepción del ruido y aumentar la tolerancia del individuo al mismo. Los acúfenos de causa no reconocida también pueden verse reforzados por la acupuntura. Dada su asociación con varios problemas de salud, evitar el tinnitus depende de la prevención de las enfermedades que lo causan, lo que no siempre es posible. Sin embargo, se ha demostrado que adoptar un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio regular, sueño regular, evitar el tabaquismo y otros malos hábitos, ayuda a prevenir la aparición de varias enfermedades, especialmente las cardiovasculares y la diabetes.

De todos modos, siempre es importante acudir a las revisiones periódicas, según la orientación médica. Además, todo el cuidado es poco con el uso indiscriminado de medicamentos de venta libre, sin prescripción médica. La salud auditiva, en particular, también requiere que se protejan los oídos del ruido excesivo desde una edad temprana.

Si no es posible hacerlo fuera de casa o del entorno laboral (dada la contaminación acústica de los lugares públicos), al menos dentro del entorno familiar hay que reducir el volumen de la televisión, el equipo de música y el ordenador ¡y ojo con el reproductor mp3 de los niños, que no molesta a los padres, pero el sonido puede estar a niveles altos! A la hora de la higiene, después del baño, los oídos deben limpiarse con una toalla envuelta en el dedo nada de bastoncillos de algodón, cuyo uso inadecuado está bastante relacionado con la inflamación y el daño auditivo. Todo esto no garantiza que nunca vaya a aparecer un acúfeno, pero sin duda reduce considerablemente esa posibilidad.

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