Sin aliento

¿Qué es el asma?

 El asma es una inflamación crónica de los bronquios. Sus síntomas son manifestaciones clínicas de la enfermedad, fuertes toses, fatiga y falta de aliento.

Pero  no todos tienen la capacidad de desarrollar la inflamación y, segundo, para que se produzcan los síntomas debe haber un proceso inflamatorio en marcha y tiene que haber estímulos en la vida diaria que provoquen una hiperrespuesta del bronquio inflamado.

Algunos de los estímulos más comunes pueden ser el polvo, las pelusas, los pelos o mera presencia de gatos, cucarachas, hongos, polen, plumas, la polución aérea y el humo del cigarrillo; aunque también el paciente puede reaccionar frente a ciertas comidas, por factores genéticos y en algunos casos particulares el ejercicio físico puede desencadenar un ataque.

El asma es la tercera causa de hospitalización en chicos. Y es especialmente peligrosa en chicos menores de cinco años porque tienen las vías respiratorias muy pequeñas. La estrategia médica para tratar el asma consiste primero en abordar la inflamación de los bronquios, seguido por la broncodilatación.

Los corticoides son lo más efectivo contra la inflamación. Los broncodilatadores no son corticoides y no tienen efecto sobre la enfermedad sino sobre el síntoma. De esta forma se reducen gradualmente las probabilidades de los ataques de asma, haciendo que las vías aéreas sean menos sensibles a ciertos estímulos.

Pros y contras

Está comprobado que el uso prolongado de corticoides puede dar como resultado: escasa capacidad de curación de las heridas, desarrollo insuficiente del crecimiento en los niños, pérdida de calcio de los huesos, hemorragias de estómago, cataratas prematuras, elevadas concentraciones de azúcar en sangre, hambre y aumento de peso.

Sin embargo, los corticoides pueden administrarse de forma inhalable para mantenimiento o por vía sistémica o inyección para los ataques. Esto determina las dosis y en consecuencia los efectos colaterales son distintos. Si las dosis son bajas, no hay efectos colaterales. Estos, en general, se hacen presentes cuando las dosis muy altas son utilizadas sin necesidad.

Se considera que el paciente necesita un tratamiento prolongado cuando tiene síntomas más de una vez por semana. La concentración de droga que tienen los corticoides en polvo, que son los que se usan inhalados (y son los que se dan de base), está en la categoría de los microgramos. En cambio los que se administran por vía oral ya pasan al orden de lo miligramos. En el caso del tratamiento en chicos, está demostrado que si el pequeño toma hasta 400 microgramos diarios, no hay efectos secundarios. Si se administran de 400 a 800 microgramos, si bien no es seguro, pueden aparecer efectos secundarios. No puede dársele a un chico más de 800 microgramos diarios para no influir su crecimiento.

En el caso de los adultos, las dosis inhalables están en el rango de los 1600-2000 microgramos. Hacer que los chicos más chicos aspiren el polvo de la manera correcta no es fácil, pero ahora se diseñaron unos aparatos que tienen una pequeña turbina en la que el chico expira primero y que, cuando luego aspira, hace que el aire pase y arrastre el polvo seco.

Diferentes estrategias terapéuticas

Por lo general, se prescriben corticosteroides por inhalación para el uso prolongado dado que esta forma aporta 50 veces más fármaco a los pulmones que al resto del organismo. Los corticosteroides por vía oral se prescriben para un tratamiento de larga duración solamente cuando ningún otro tratamiento logra controlar los síntomas.

Es importante administrar la dosis mínima necesaria siempre que sea posible. Sin embargo, durante crisis asmáticas, se recurre a broncodilatadores y corticoides vía oral o inyectables.

Hay estudios que demuestran que, si se empieza el tratamiento con dosis altas y se las va bajando, se mantiene al paciente asintomático, con mejor calidad de vida y se le termina dando en total menos cantidad de medicación que si se le administra la medicación respondiendo a los picos sintomáticos. Por otro lado, el asma grave tendrá un impacto mucho mayor en el crecimiento del niño que el uso de corticoides.

Según dejó conocer un informe de la cadena CNN, en las últimas décadas el asma ha aumentado dramáticamente en los países industrializados y en las ciudades, aunque de hecho la polución del aire está bajando. En la búsqueda de explicaciones alternativas los expertos observaron que los chicos pasan más tiempo en sus casas (mirando televisión, jugando a los videojuegos, etc.). De esta forma quedan sobreexpuestos a los alergenos interiores (desodorantes de ambiente y otros productos de limpieza, por ejemplo). Otra explicación que barajan es el aumento de la supervivencia de bebés nacidos con peso bajo (que pueden ser más susceptibles al asma). Sin embargo, en Europa algunos profesionales creen que el aumento en realidad no es tal, sino que los padres son más instruidos e informados para determinar un diagnóstico.

Por su parte, la FDA, la Administración Federal de Drogas, por sus siglas en español, aprobó un producto inhalable para chicos desde 1 año. Se trata de un corticosteroide elaborado para utilizarse en un nebulizador. Este sería el primer corticosteroide aprobado por la FDA para el uso en los niños desde la edad de 1 año.

Una de las consecuencias del asma que afecta en particular a los chicos es la limitación que le impone a su normal actividad física. Aunque ahora, afortunadamente, los tratamientos permiten a la gente con asma ejercitarse de manera vigorosa, incluso en el nivel competitivo. Las actividades intensas que duran menos de dos minutos, como lo es la natación competitiva, aseguran los especialistas, son menos problemáticos que los ejercicios más largos. Los deportes de verano son menos estresantes que los de invierno y un buen precalentamiento antes de hacer ejercicios vigorosos puede ayudar considerablemente a limitar el cierre y obstrucción bronquial.

Como no se han realizado estudios rigurosos acerca de los riesgos o beneficios de los tratamientos alternativos como la acupuntura, la hipnosis, las técnicas de relajación y los remedios homeopáticos, por ahora la utilización de corticoides con un control riguroso del médico sigue siendo el método reconocido para el tratamiento de esta enfermedad.

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