Laparoscopía, cirugías en miniatura

Las cirugías asistidas por video, también llamadas laparoscopías, son considerablemente menos invasivas que las cirugías convencionales, ya que solo necesitan incisiones mínimas para acceder al cuerpo.

Laparoscopía es el término comúnmente usado para referirse a las cirugías asistidas por video, en las cuales el cirujano visualiza la operación que está llevando a cabo mediante un monitor de video. Laparoscopía, toracoscopía, histeroscopía y artroscopía por mencionar sólo algunas variantes, no son sino los nombres de las cirugías video asistidas que se realizan en el abdomen, el tórax, el útero y articulaciones, respectivamente. Lo que sucede es que la más frecuente es aquella que aborda el abdomen.

A pesar de que los primeros reportes de laparoscopía fueron publicados a comienzos del siglo XX, el uso de esta técnica fue confinado por décadas a un uso diagnóstico (biopsia de hígado y evaluación de dolor abdominal). La moderna era de la cirugía laparoscópica fue inaugurada cuando la primera cámara de video en miniatura fue combinada con el endoscopio, permitiendo que varios observadores vean el campo operatorio desde el mismo punto de vista.

Esto último sucedió a mediados de los años 80. La primera laparoscopía fue realizada en Francia en 1987, y luego este procedimiento fue introducido en los Estados Unidos a mediados de 1988.

De virtual a real

Para realizar una intervención laparoscópica es necesario transformar una cavidad virtual en una cavidad real. ¿A qué cavidades se refiere  en cirugía laparoscópica pediátrica?  Este tipo de cirugías de mínima invasión permiten realizar una operación sin requerir incisiones grandes. Incisiones (y los riesgos que estas conllevan), pero para ello es necesario generar en la parte del organismo que ha de ser operada una cavidad vacía en la cual operar.

Para generar una cavidad en una región del organismo en donde no la hay, en la mayoría de estas intervenciones los cirujanos laparoscopistas insuflan gas (dióxido de carbono) en la zona afectada; en otras palabras, inflan la zona en la que se encuentra el tejido u órgano que ha de ser operado para hacerse un lugar donde trabajar con el instrumental quirúrgico. En ciertos casos, la cavidad se obtiene traccionando la piel

hacia fuera.

Una vez generada esta cavidad, el cirujano realiza incisiones mínimas (de 5 a 10 mm aproximadamente) a través de las cuales introduce los instrumentos denominados endoscopios, que contienen el instrumental quirúrgico y la microcámara de video. Es mediante estos endoscopios que el cirujano realiza la intervención quirúrgica en sí, orientándose a través de la imagen del sitio quirúrgico que le brinda la microcámara.

Ventajas y limitaciones

Las ventajas de la cirugía video asistida se derivan del hecho de que son intervenciones mínimamente invasivas, que no hacen necesarias importantes incisiones para acceder a la región del organismo que ha de ser operada.

Debido a la ausencia de incisiones extensas, los periodos de recuperación después de estas cirugías son considerablemente más breves y menos dolorosos. El riesgo de infecciones se reduce significativamente, se experimenta menos inflamación en la zona intervenida y se manipulan menos los tejidos afectados.

Este menor manoseo de la parte del organismo operada tiene un beneficio extra: los tejidos y órganos no se desplazan tanto de su lugar y quedan menos cicatrices internas (bridas) en músculos y otros tejidos adyacentes, con lo que es más fácil reoperar el sitio quirúrgico si fuera necesario.

Actualmente no todos los órganos y tejidos del organismo humano pueden ser operados con estas modernas técnicas. Las limitaciones son de carácter técnico, los instrumentos quirúrgicos no pueden acceder u operar ciertas regiones del cuerpo.

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