La mandíbula, un hueso crucial en el rostro humano, puede sufrir deformaciones, fracturas o enfermedades. Algunas irregularidades se tratan con ortodoncia, mientras que otras requieren cirugía correctiva o estética.
Anatómicamente, la mandíbula o maxilar inferior es un hueso grande, fuerte, y fundamentalmente asimétrico y central en la cara, con forma de herradura. Articula con el hueso temporal en la única articulación móvil del cráneo, conocida como la témporomaxilar, y sus ramas ascendentes se conectan a la barbilla y permiten la inserción de los dientes inferiores.
Este hueso ha evolucionado a lo largo del tiempo. En homínidos como el Homo erectus, la cara era relativamente plana, similar a la de los gorilas. Sin embargo, en los humanos modernos, hay relieves faciales marcados, como la apertura nasal adelantada y los huesos de las mejillas.
Problemas como el prognatismo (mandíbula hacia adelante) o retrognatismo (hacia atrás) pueden afectar la mordida y la estética facial. Estos desajustes pueden ser causados por factores genéticos o funcionales, y se corrigen con ortodoncia funcional o cirugía estética.
El tratamiento ortodóncico es efectivo en etapas tempranas, corrigiendo problemas dentales y mandibulares. En casos severos, la cirugía ortognática es necesaria para corregir defectos craneofaciales, requiriendo una colaboración multidisciplinaria entre cirujanos y ortodoncistas.
Técnicas como la cirugía maxilar permiten alargar huesos cortos controladamente, corrigiendo asimetrías y mejorando la estética facial. Además, se utilizan implantes y reconstrucciones óseas para atrofias maxilares graves.
El equilibrio oclusal, que ajusta la mordida mediante la eliminación de puntos de contacto dentales prematuros, es esencial para una función oral adecuada y la prevención de desgastes oclusales.
Trastornos como el “trismo”, que limita la apertura o cierre de la boca, también se abordan con técnicas quirúrgicas y ortodóncicas específicas.
La cirugía estética maxilofacial, como la mentoplastia para ajustar el mentón, busca la armonía facial y la corrección de malformaciones congénitas o secuelas de lesiones.
La mandíbula es un elemento crucial en la estética y función facial, y su tratamiento involucra una combinación de técnicas ortodóncicas y quirúrgicas para lograr resultados óptimos y restaurar la salud oral y facial.