Qué es la anemia

Anemia, Causas, Diagnóstico y Tratamientos

¿Qué es la anemia?

La anemia es un trastorno sanguíneo caracterizado por la disminución de la cantidad de hemoglobina, el pigmento que da color a los glóbulos rojos (también llamados hematíes o eritrocitos) cuya función es transportar el oxígeno desde los pulmones a todas las células del organismo. Esta disminución puede ser aguda, como resultado de una pérdida repentina de sangre o de la destrucción aguda de los glóbulos rojos, o crónica, cuando la disminución de la hemoglobina es más lenta y generalmente progresiva, y es el resultado de diversas causas.

La disminución de la hemoglobina determina un déficit de oxígeno en todos los órganos del cuerpo. Sin embargo, los más afectados por esta enfermedad son incluso el sistema nervioso central, el corazón y los músculos. La anemia es la enfermedad crónica más común en todo el mundo y es especialmente frecuente en los niños menores de dos años y en las mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30% de la población mundial tiene anemia. A pesar de su elevada prevalencia, se trata de una enfermedad fácilmente tratable ya que, en la mayoría de los casos, está relacionada con la carencia de hierro, mineral que forma parte de la composición de la hemoglobina y, por tanto, es imprescindible para la adecuada producción de este pigmento.

Causas y síntomas de la anemia

Las personas anémicas, en general, presentan fatiga generalizada, aceleración del ritmo cardíaco, apatía, falta de apetito y palidez, tanto en la piel como en la parte interna de los ojos y las encías, entre otros signos clínicos menos frecuentes. Las personas con anemia ferropénica, o anemia por falta de hierro, pueden presentar perversión del apetito, con deseos de comer tierra o ladrillos. Los síntomas, sin embargo, son más graves cuanto más bajos son los niveles de hemoglobina en la sangre y empeoran con la actividad física.

Con un volumen de hemoglobina entre 9 y 11 g/dL, hay irritabilidad, dolor de cabeza y sensación de malestar. Entre 6 y 9 g/dl (0,6 y 0,9 g/dl), los signos evolucionan hacia la falta de aire, el cansancio intenso y la aceleración de los latidos del corazón al realizar un esfuerzo. Por debajo de 6 g/dL, estos síntomas se manifiestan incluso en reposo. La anemia puede ser hereditaria o adquirida. En el primer caso, está causada por defectos genéticos que alteran la formación de glóbulos rojos, como la anemia falciforme y la talasemia, las más comunes de las llamadas hemoglobinopatías.

Las hemoglobinopatías adquiridas se deben a diversos factores que interfieren en la producción de glóbulos rojos y/o hemoglobina, como la deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, las enfermedades crónicas, la exposición a elementos tóxicos o radiactivos, el uso constante de ciertos medicamentos y las enfermedades de la médula ósea. También existe la posibilidad de que la insuficiencia de hemoglobina sea el resultado de un sistema inmunitario descontrolado que empieza a producir anticuerpos contra los glóbulos rojos, lo que se denomina anemia hemolítica autoinmune.

Pruebas y diagnóstico de la anemia

El conjunto de síntomas y el examen clínico apuntan a la hipótesis de la anemia, pero el diagnóstico no prescinde de la realización de algunas pruebas de laboratorio, sobre todo del clásico hemograma, que cuenta los elementos constitutivos de la sangre y analiza su morfología. Los niveles de hemoglobina por debajo de los rangos considerados normales ya definen el estado de anemia.

La forma de los glóbulos rojos, a su vez, es muy indicativa de la causa de la enfermedad. En la carencia de hierro, por ejemplo, los eritrocitos se presentan en microcitosis, es decir, son más pequeños de lo normal. De todos modos, pueden ser necesarias otras pruebas para confirmar el origen del síndrome, como la determinación de los niveles de reservas de hierro y vitamina B12 en el organismo, entre otros métodos más específicos.

Tratamientos y prevenciones de la anemia

El tratamiento depende de la causa de la anemia. Cuando el problema se debe a la falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico, es necesario reponer estos elementos mediante suplementos. La absorción del hierro, en particular, mejora al añadir vitamina C a la terapia. Si el aumento de la necesidad de este mineral se debe a alguna pérdida de sangre, hay que identificar y tratar primero la hemorragia.

En la anemia secundaria a otras enfermedades, la causa también debe resolverse o controlarse para normalizar la producción de glóbulos rojos. El proceso autoinmune, en cambio, requiere el uso de fármacos que reduzcan la respuesta del sistema inmunitario, es decir, inmunosupresores como los corticosteroides. Por último, las personas con anemias hereditarias pueden requerir cuidados de seguimiento para controlar las complicaciones de estas hemoglobinopatías, así como la reposición de sangre y la administración de ácido fólico si es necesario.

Sólo se pueden prevenir las anemias adquiridas por deficiencia de hierro, vitamina B12 y ácido fólico, lo que no es poco, ya que estas causas representan más del 90% de los casos de anemia. La prevención consiste básicamente en el consumo diario de alimentos que aportan naturalmente estos nutrientes y de productos enriquecidos con ellos. Las mejores fuentes de hierro son las de origen animal, como la carne en general y el hígado, también rico en vitamina B12. Las de origen vegetal, como las alubias y las lentejas, deben consumirse con alguna fuente de vitamina C, para que el mineral que aportan sea mejor aprovechado por el organismo.

El ácido fólico, por su parte, está presente en alimentos como las espinacas, las judías blancas, los espárragos, las verduras de hoja oscura, la soja y sus derivados, las naranjas, los melones y las manzanas. Evitar el exceso de alcohol también previene la anemia. También se aconseja ser parco en el uso de medicamentos que contengan ácido acetilsalicílico (como la Aspirina) para evitar hemorragias gastrointestinales. Las mujeres con flujos menstruales abundantes deben someterse a revisiones médicas periódicas para controlar sus niveles de hemoglobina.

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