Cáncer de la cabeza

El consumo de cigarrillos y de alcohol está presente en el 85% de los distintos casos de cáncer localizado en la cabeza. El tratamiento a elegir, ya sea cirugía, quimio o radioterapia, depende de qué tan avanzado se encuentra el tumor.

Los 59 años es la edad promedio de aparición de los distintos tipos de cáncer de cabeza (y cuello): algunos de ellos se asocian preferentemente con la edad avanzada como por ejemplo los tumores de boca, laringe o faringe mientras que otros suelen aparecer más temprano, en la edad adulta y aquí los ejemplos son los tumores de las glándulas salivales, de las tiroides o de los senos paranasales. Por lo general, este tipo de tumores se extienden primero hacia los ganglios linfáticos más cercanos y permanecen allí entre 6 meses y 3 años, para luego diseminarse a otras regiones del organismo a través de las llamadas metástasis (cáncer que se extiende desde su punto de origen a otras partes del cuerpo).

Cigarrillo, alcohol y otros culpables

Según la Asociación Americana del Cáncer, el 80% de los cánceres humanos responde a causas exógenas: un 35% se debe al cigarrillo, otro 35% a una mala dieta y un 10% a las radiaciones.

En el caso particular de los cánceres de cabeza (y cuello), si bien cada uno de los diferentes tipos que entran en esta categoría responden a distintos factores de riesgo, se ha demostrado que el 85% de las personas que los padecen fuman y/o consumen alcohol, o lo han hecho en el pasado.

Con respecto a los factores de riesgo de cada uno de estos tumores en particular se pueden citar:

-El virus Epstein-Barr, agente causal de la mononucleosis infecciosa, interviene en el desarrollo de los cánceres que afectan a la parte superior de la faringe (nasofaringe).

-Una higiene bucal deficiente, una dentadura mal colocada, el uso de tabaco en polvo o para masticar, así como también el mismo uso para la nuez de betel, favorecen la aparición del cáncer de boca.

-El empleo de pequeñas dosis de radioterapia para el tratamiento del acné, el exceso de vello facial, el agrandamiento del timo, de las amígdalas y de las adenoides empleo que ya ha sido dejado de lado-, aumenta el riesgo de padecer cáncer de tiroides y de las glándulas salivales.

Distintos abordajes terapéuticos

El tratamiento de los cánceres de cabeza (y cuello), al igual que el de los demás tumores que afectan otras regiones del organismo, depende de la etapa de desarrollo en que se encuentran. El en estadio I,  es el menos avanzado, y el IV el más avanzado.

Los tumores que se hallan en el primer estadio suelen responder de modo similar tanto a la cirugía como a la radioterapia; esta última no sólo ataca al tumor sino también a los ganglios linfáticos, lo que es muy útil pues hacia allí suele extenderse el 20% de estos cánceres.

Afortunadamente, tanto la radioterapia como la cirugía han experimentado grandes avances en las últimas décadas, esta especialidad se ha modificado gracias a la utilización de nuevos dispositivos que brindan una buena dosificación, bien dirigida y con una mayor protección para los pacientes.

Con respecto a la cirugía  el avance de las técnicas de imágenes ha permitido descartar aquellas cruentas cirugías cuyo único fin era tomar tejido para diagnóstico, posibilitando realizar operaciones cada vez más conservadoras ante lesiones mínimas.

En cuanto a la utilización de la quimioterapia, ésta es efectiva para liquidar aquellas células cancerosas que se encuentran tanto en el lugar en que se originó el tumor, como en los ganglios linfáticos y el resto del cuerpo. En aquellos casos en que el tumor se encuentra en un estadio muy avanzado, en el cual la cirugía o la radioterapia carecen de efectividad, la quimioterapia colabora en reducir el dolor y el tamaño del tumor.

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