La propia Biblia dice textualmente en el libro de los Jueces: «he aquí que concebirás y darás a luz un hijo, y ahora no beberás vino ni licor». El bestseller «What to expect when your´re expecting», introduce con esa excelente cita histórica su breve capítulo sobre el efecto del alcohol en los fetos, durante la gestación.
A pesar de que, incluso la Biblia establece la prohibición, el debate sobre la nocividad del alcohol, no ha concluido. Incluso el libro citado, apelando a su gran sentido común, sostiene que la mayor parte de las mujeres ha consumido algo de alcohol antes de saber que está encinta. De esta forma, se corrobora que no en todas las ocasiones los efectos del trago en el crecimiento y desarrollo normal de los fetos son dañinos.
Sin embargo, resulta claro y está comprobado científicamente que beber de manera permanente y excederse en el consumo afecta el crecimiento normal de los bebés. La OMS (Organización Mundial de la Salud), ha realizado estudios que demuestran la influencia negativa del licor cuando es consumido por las mujeres en embarazo. El daño no se presenta en la mujer, sino en el feto que se está gestando dentro del útero. Los daños más frecuentes en el feto son:
Malformaciones: en el cuerpo, en los órganos internos y parte de los sentidos.
Síndrome de Down: retrasos mentales.
Deficiencias orgánicas: Al nacer, un niño puede tener deficiencias orgánicas que afecten su desarrollo normal, causando dificultades en el aprendizaje, alteraciones en la personalidad, limitaciones mentales, así como afectaciones emocionales y espirituales.
Muerte: El exceso de alcohol puede causar un aborto.
¿Cómo afecta el alcohol al feto?
Cualquier cantidad de alcohol, por mínima que sea, puede poner en riesgo el desarrollo del feto, produciendo deficiencias mentales y físicas. Las bebidas alcohólicas penetran al feto a través de torrente sanguíneo de la madre. Los daños se producen, porque la mamá elimina dos veces más rápido el alcohol de su sangre, que el bebé, forzándolo a realizar una tarea para la cual sus órganos no están preparados. El alcohol puede crear una reducción en el coeficiente intelectual del bebé.
¿Qué es el síndrome fetal del alcohol?
Es un grupo de defectos encontrados en el nacimiento. Los defectos son físicos y mentales, resultado del consumo de alcohol durante el embarazo. Como lo nombramos anteriormente, estos defectos incluyen retraso mental, deficiencias en el crecimiento, malfuncionamiento del sistema nervioso, anomalías en el cráneo y desajustes en el comportamiento.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año 12.000 bebés en el mundo nacen con el síndrome fetal del alcohol. Algunos síntomas no pueden ser obvios hasta que el niño cumple una edad entre tres y cuatro años.
De manera informal, el síndrome podría compararse con una especie de «resaca constante» para el bebé, ya que su crecimiento es más lento, su capacidad intelectual se ve afectada y tienen un mayor riesgo de fallecer durante la infancia.
¿Existen programas de apoyo?
Los programas de apoyo son bastante escasos, las organizaciones que se encuentran vinculadas son en mayor parte, generadoras de información ante el problema. La Organización Mundial de la Salud realiza estudios en donde se diagnostican los efectos del alcohol en los embriones durante el embarazo. De igual forma la Organización Sobre el Síndrome Fetal de Alcohol presta apoyo académico para la prevención del consumo de licor en las mujeres embarazadas.
Sin embargo, no existe alguna organización mundial de alcoholismo, que preste apoyo internacional, la mayoría de entes son locales y en varios países no existen.
Un solo trago, ¿hace daño?
Muchas personas creen que el simple hecho de tomar una copa de vino en el almuerzo o en la cena, pueda perjudicar de alguna manera al embrión. Según los expertos, los organismos de cada persona son distintos y reaccionan de manera diferente ante el alcohol. Algunas mujeres pueden -y de hecho lo hacen para combatir el stress del embarazo, para relajarse o en ocasiones especiales.
Tiene importancia la historia genética de la madre y su comportamiento frente al alcohol antes de quedar encinta. En este sentido, mujeres con antecedentes familiares de alcoholismo y una historia personal de excesos, generalmente está expuesta en mayor medida a causar daño al feto, siempre y cuando consuma alcohol.
La solución: Educación
La solución no está en dejar de consumir alcohol cuando hay un conocimiento del riesgo. Muchas veces el daño ya está provocado y no hay manera de corregirlo. Muchos ginecólogos recomiendan pequeñas dosis de alcohol en mujeres embarazadas como algo beneficioso. Ello, sostiene, no resulta prudente, ya que algunos organismos son diferentes de otros y no responden de igual manera a estímulos como el licor.
Según la Organización Sobre el Síndrome Fetal de Alcohol, un 20% de los nacimientos con defectos congénitos son por causa del consumo de licor.
De esta forma, los factores que rodean el entorno de la mujer, pueden servir como apoyo para que esto no suceda. El apoyo familiar, la compañía, un ambiente de armonía y la colaboración de quienes se encuentren cerca de la mujer en el desarrollo de su embarazo, son un requisito fundamental para evitar el riesgo de consumir alcohol. De la misma forma, la planificación de los embarazos puede contribuir a conseguir que en las primeras semanas de gestación no exista consumo de alcohol.