Gastritis, Causas, diagnósticos y tratamientos

¿Qué es la gastritis?

La gastritis es una inflamación muy común de la mucosa del estómago, que se produce en respuesta a un agresor. Puede ser aguda, con una aparición repentina y relacionada con algún acontecimiento reciente, como el uso de un medicamento, o crónica, cuando el proceso inflamatorio está asociado a una agresión constante, como la presencia de la bacteria Helicobacter pylori.

A diferencia de la úlcera, que está localizada y es más profunda, la gastritis afecta a toda la mucosa del estómago, pero de forma superficial. En general, la inflamación es fácilmente tratable, sobre todo en los casos agudos, con una causa definida, sin causar mayores complicaciones.

Causas y síntomas de la gastritis

La gente suele utilizar el término gastritis como síntoma, pero los episodios agudos suelen incluir dolor en la zona del estómago, ardor, acidez, mala digestión (sobre todo de los alimentos grasos), náuseas, vómitos y, en los casos más graves, hemorragias perceptibles en el vómito y en las heces, que se oscurecen con la presencia de sangre. En la gastritis crónica, la persona puede tener sólo una sensación de saciedad después de una pequeña ingesta de alimentos, pero esta condición no presenta signos clínicos evidentes en la mayoría de las situaciones.

La gastritis aguda suele tener un origen claro, como el uso de medicamentos (como el ácido acetilsalicílico, los corticoides y otros antiinflamatorios), el consumo de bebidas alcohólicas y la ingestión accidental o intencionada de sustancias corrosivas. Estos episodios también pueden desencadenarse en respuesta a una infección gastrointestinal causada por bacterias, virus, hongos o parásitos.

También pueden surgir como complicación secundaria de una cirugía mayor, lesiones traumáticas, quemaduras extensas e infecciones generalizadas. Por otro lado, la gastritis crónica se origina principalmente como reacción a la presencia de Helicobacter pylori en la mucosa gástrica, la misma bacteria que desencadena la gran mayoría de las úlceras pépticas. La inflamación crónica puede tener aún causas más raras, como la gastritis autoinmune que evoluciona con atrofia de la mucosa gástrica, y el reflujo constante de la bilis presente en el duodeno hacia el estómago.

Exámenes y diagnósticos de la gastritis

Con el conjunto de síntomas y el historial del individuo, el médico puede sospechar de una gastritis. Sin embargo, la confirmación de la enfermedad depende de la realización de una endoscopia digestiva alta, un examen que visualiza la mucosa gástrica mediante un tubo flexible (endoscopio) introducido a través de la boca.

Además de la visión directa, este método permite la realización de la prueba de la ureasa, que consiste en el análisis de un pequeño fragmento de la mucosa gástrica para la investigación directa de la presencia de helicobacter, o la biopsia con examen anatomopatológico, para verificar el grado de inflamación de la mucosa y la naturaleza de sus cambios si es benigna o maligna.

Tratamiento y prevención de la gastritis

Los episodios agudos mejoran con la supresión de la causa, como los medicamentos y las bebidas alcohólicas, pero la mayoría de los casos requieren medicamentos para mejorar los síntomas, como los que contribuyen al vaciado gástrico (los llamados procinéticos) y los que reducen la producción de ácido, que incluyen los inhibidores de la bomba de protones y los antagonistas de los receptores H2. Junto con los medicamentos, se recomienda una dieta saludable, con porciones pequeñas e intervalos de no más de tres horas.

Cuando hay infección por helicobacter, en algunos casos, será necesario tratar la bacteria con antibióticos. La prevención de la gastritis requiere distanciarse de los agresores de la mucosa gástrica, lo que, en la práctica, implica no tomar medicamentos sin prescripción médica, especialmente ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios, no tomar bebidas alcohólicas en exceso, dejar de fumar y evitar los riesgos de contaminación alimentaria por microorganismos, consumiendo agua y alimentos de dudosa procedencia.

Además, el estómago también necesita ser bien tratado para poder tolerar mejor las agresiones, cuando éstas son inevitables. Por ello, es importante respetar los horarios de las comidas, dar preferencia a una dieta compuesta por frutas, verduras y carnes magras, evitando el consumo diario de alimentos muy grasos, y masticar bien los alimentos. La digestión, después de todo, comienza en la boca.

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