Tanto una reacción autoinmune como un error quirúrgico que afecten a la glándula paratiroides pueden dar lugar al hipoparatiroidismo, que se caracteriza por un exceso de fósforo y un déficit de calcio, y que si se presenta en forma aguda puede representar una amenaza para la salud.
La paratormona, fruto de la glándula paratiroides, es una hormona natural del organismo que reviste una gran importancia a la hora de regular el correcto funcionamiento de los riñones, del intestino y de los huesos. Es por eso que cuando existe una deficiente secreción de esta hormona sobrevienen los problemas: El hipoparatiroidismo es un trastorno médico que se caracteriza por cursar con un déficit de calcio y niveles elevados de fósforo en sangre.
Pero para entender esta afección, primero es necesario comprender la función que cumplen las hormonas en el organismo, esas sustancias producidas por las glándulas u órganos, y cuya función es regular la actividad de las células de ciertas zonas del organismo sobre las cuales actúan.
Las hormonas pueden ser tanto proteínas compuestas por cadenas de aminoácidos de longitud variable como esteroides (sustancias grasas derivadas del colesterol), cuya característica primordial es que en pequeñas cantidades pueden provocar grandes efectos que alteran el funcionamiento corporal.
Es por esto último que cuando las glándulas endócrinas (o los órganos) que tienen la función de producir hormonas no funcionan correctamente, las concentraciones de estas últimas en el torrente sanguíneo se elevan o disminuyen en relación con el nivel normal y necesario para garantizar el funcionamiento saludable de los órganos sobre los que actúan.
Calcio y fósforo fuera de control
La paratormona es la hormona segregada por las cuatro glándulas paratiroideas, que se encuentran ubicadas a la altura del cuello por detrás de la glándula tiroidea (ésta última encargada de segregar la hormona tiroides).
La misión primordial de la paratormona es controlar el nivel de calcio y de fósforo del organismo.Las causas más frecuentes del paratiroidismo son, en primer lugar, ciertas enfermedades autoinmunes, en las cuales el sistema inmunológico del mismo paciente afecta a las glándulas. En estos casos la enfermedad suele aparecer temprano, generalmente durante la niñez o la adolescencia.
Otra causa muy frecuente de paratiroidismo es quirúrgica, en estos casos lo que sucede es que el cirujano por error lastima o destruye las glándulas paratiroideas, lo que ocasiona una alteración en la secreción de la paratormon.
En algunos casos, el paratiroidismo puede ser resultado de una enfermedad neoplásica o infiltrativa que afecta a las glándulas responsables de la producción de paratormona.
El paratiroidismo puede presentarse en forma crónica o en forma aguda. Cuando se presenta en forma crónica suele ser mejor tolerado por el paciente, ya que los síntomas son menores. Una sensación de cansancio (astenia), hormigueos alrededor de la boca y en los dedos (parestesia) o algunos síntomas neurológicos similares a los asociados con el Parkinson son algunos de los signos a través de los cuales suele expresarse la forma crónica de la enfermedad.
En su forma aguda (que es más proclive a asociarse con los mencionados errores quirúrgicos), los síntomas del hipoparatiroidismo suelen ser más agresivos y repentinos; y es probable que desencadenen ciertos cuadros graves de convulsiones conocidos como tetania que pueden poner en peligro la vida del paciente. Cuanto más rápida es la instalación de la enfermedad, más sintomática es.
Una sumatoria de hormonas en baja
A veces, los distintos trastornos que afectan a la producción de hormonas se combinan, lo que da lugar a la aparición de los llamados síndromes poliglandulares. Dentro de estos síndromes múltiples de deficiencia glandular que se producen como resultado de los trastornos de las glándulas endócrinas que son hipoactivas, es decir que segregan niveles de hormonas por debajo del nivel normal, se encuentra el llamado síndrome de deficiencia poliglandular Tipo I, que generalmente se desarrolla en la infancia.
Este síndrome tiene como rasgos característicos una disminución de la actividad de las glándulas paratiroideas (hipoparatiroidismo), combinado con una hipofunción de las glándulas suprarrenales (enfermedad de Addison), e infecciones crónicas protagonizadas por hongos (micosis), como por ejemplo la candidiasis mucocutánea crónica.
Se estima que estas infecciones se deben a una respuesta inmune inadecuada a las levaduras comunes, que impide combatir la infección. Por otro lado, el síndrome poliglandular Tipo I puede verse asociado con la aparición de diabetes mellitus, con hepatitis, cálculos biliares, dificultad para la absorción de los alimentos e incluso calvicie prematura.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar el hipoparatirodismo, los médicos recurren a análisis de sangre específicos que tienen por objetivo cuantificar el nivel de producción de las hormonas implicadas (en el caso del síndrome poliglandular las producidas por las glándulas paratiroides y suprarrenales, sino tan sólo la paratormona). Por el momento, el hiporatiroidismo carece de cura, y es por eso que los pacientes tan sólo pueden recurrir a terapias hormonales sustitutivas que tienen por objetivo equilibrar los mencionados déficits.
Tanto el hipoparatiroidismo como el hiperparatiroidismo son condiciones tratables. El tratamiento quirúrgico puede ser la mejor opción, aunque ante la ausencia de síntomas, los pacientes pueden prescindir de la operación, chequeando sus niveles de calcio cada seis meses y controlándose periódicamente para asegurarse de no estar desarrollando cálculos renales u osteoporosis. Estos trastornos tienen un tratamiento específico que tiene por objetivo elevar los niveles de calcio y disminuir los de fósforo. Para eso se recurre al calcio y a la vitamina D».
Si bien algunos cuadros quirúrgicos pueden ser transitorios, hay que subrayar que la mayoría de las veces estos tratamientos son de por vida. Los pacientes notan rápidamente la mejoría de sus síntomas cuando comienzan a ser tratados.