Un bebé que llora de forma inexplicable y constante, se muestra incómodo y mueve la cabeza podría estar experimentando dolor de oídos, una dolencia bastante común en la infancia. Aunque la otitis media aguda puede surgir en cualquier momento, suele afectar más a niños de entre 3 meses y 3 años, a menudo como resultado de un resfriado común.
Esta inflamación aguda en el revestimiento de las cavidades del oído medio puede ser causada por varios agentes bacterianos o virales que normalmente residen en la garganta y llegan al oído medio a través de la Trompa de Eustaquio o mediante el flujo sanguíneo.
Los niños con esta afección suelen experimentar un dolor intenso en el oído, a veces pulsátil, que provoca llanto intermitente y puede disminuir su apetito. Otros síntomas incluyen irritabilidad y fiebre, que suele aumentar bruscamente al inicio de la otitis y es más alta en niños que en adultos.
La inflamación e hinchazón del tímpano debido a esta infección puede provocar la salida de líquido purulento por el conducto auditivo externo cuando se produce su ruptura. En casos graves, la otitis media aguda puede provocar complicaciones como mastoiditis, laberintitis, parálisis facial, pérdida de audición, meningitis o absceso cerebral.
En la mayoría de los casos, se intenta retrasar el uso de antibióticos durante 24 a 48 horas en otitis medias agudas de origen viral, recurriendo solo a medicamentos para la fiebre y el dolor. Sin embargo, esta estrategia no se recomienda en niños menores de 2 años con síntomas graves. Si la infección no mejora espontáneamente en ese tiempo, se recurre a tratamientos de 10 días con antibióticos orales. En casos de dolor intenso y fiebre alta que no responden a los antibióticos, puede ser necesaria una miringotomía para drenar el líquido del oído medio.
La incidencia de otitis media aguda puede reducirse mediante medidas preventivas como la lactancia materna hasta los 6 meses, cuidados frente a cambios de temperatura y humedad, evitar el humo del tabaco y otras sustancias irritantes para mejorar la función de las mucosas respiratorias y, por ende, del oído medio.