Pros y contras de la cesárea

Aunque el parto es el proceso natural al cual tiende todo el ser de la embarazada, en ocasiones el organismo de ésta, por más que lleva nueve meses preparándose para este momento, no responde adecuadamente y se precisa una rápida intervención quirúrgica para asegurar la vida y el buen desarrollo posterior del niño y la madre. La cesárea es este procedimiento de ayudar a alumbrar que acerca a los médicos a la función de la naturaleza.

Dos semanas antes o después de que se cumplan los nueve meses a partir de la concepción, las contracciones uterinas rítmicas y progresivas hacen descender al bebé por el cuello uterino y el canal del parto hacia el exterior.

Las contracciones provocan la dilatación del cuello uterino, que se hace más delgado hasta que desaparece (se borra) y llega casi a confundirse con el resto del útero. Estos cambios permiten que el bebé pase por el canal del parto. Cuando este minucioso mecanismo no se cumple o no puede cumplirse, la cesárea permite la intervención quirúrgica sobre la madre para hacer posible el nacimiento.

Historia de la cesárea

Se sabe poco del origen del término o de la historia del procedimiento. De acuerdo con algunos historiadores, Julio César (del latín caedere, cortar) habría nacido por este medio.

La primera cesárea documentada sobre una mujer viva fue realizada en 1610, pero la paciente murió 25 días después de la cirugía. Después volvió a intentarse de muchas formas y en diversas condiciones, pero casi invariablemente conducía en la muerte de la madre por infecciones o hemorragia. Incluso en la primera mitad del siglo XIX, la cesárea registraba una mortalidad del 75%.

Con el tiempo, el uso de antibióticos, los anestésicos y la transfusiones sanguíneas redujeron tanto la mortalidad materna que la cesárea comenzó a ser utilizada rutinariamente como una alternativa al parto natural.

¿Cuándo se realiza una cesárea?

Para tomar la decisión de realizar una cesárea, los médicos se basan en análisis especiales, el examen clínico y los antecedentes de la paciente. Usualmente, se la indica por diversos problemas en el parto, falta de progreso en el trabajo de parto, placenta previa, sufrimiento fetal, diabetes y posición inadecuada del feto para el nacimiento.

“Quería tener mis hijos por parto natural con toda el alma cuenta Nora, una mujer de mediana edad que tuvo cuatro bebés por cesárea. Estaba completamente decidida a soportar los dolores o a lo que fuera. Pensaba que si las mujeres indígenas pueden hacerlo, y si lo han hecho todas las mujeres de la historia yo también podría. Pero, cuando mi primer embarazo se prolongó quince días más de lo previsto, el médico me indicó que me presentara a la siguiente mañana para realizar una cesárea. Y ni siquiera intentó esstimular el parto hormonalmente. Después de eso, todos mis bebés nacieron por cesárea. Fue una decepción.”

Hay especialistas que consideran que, cuando una mujer ha tenido su primer niño por cesárea, todos sus hijos subsiguientes deberán nacer por el mismo procedimiento; pero otros sostienen que es posible también intentar el parto vaginal.

Cuando se ha realizado una cesárea debe programarse un lapso de alrededor de dos años de espera antes de intentar un nuevo embarazo. De ese modo se evitan los riesgos agregados que suponen, entre otros factores, la extrema distensión del tejido cicatrizal del útero.

Una epidemia

America latina ostenta el privilegio de contar con los índices más altos de partos por cesárea del mundo.

La extensión de esta práctica es tal que bien podría aplicársele la calificación de epidemia. Mientras en Estados Unidos y Europa se implementan diversos programas para disminuir esas cifras, en América Latina la cantidad de nacimientos por cesárea aumentan.

En América latina se llevan a cabo 850.000 cesáreas innecesarias cada año. “De los 18 países que analizaron en un estudio, sólo seis cuentan con índices de cesáreas por debajo del 15% que acepta la Organización Mundial de la Salud, los restantes se ubican en una tabla que va del 16 al 4 por ciento.”

Argentina, con un índice de cesáreas del 25,4%, sólo es superada en la región por los de Repúbica Dominicana (25.9 por ciento), Brasil (27.1 por ciento) y Chile (40 por ciento).

Las causas de que esta modalidad de parto se emplee tan extensamente son varias. Los médicos frecuentemente recurren a este procedimiento porque resulta más cómodo, puede programarse fuera del horario de consultorio. Además, la cesárea dura una hora, mientras un parto normal requiere varias horas de trabajo. Cuando los obstetras trabajan en varias instituciones, muchas veces recurren a las cesáreas cuando les toca atender dos o tres partos al mismo tiempo.

Por otro lado, muchas mujeres solicitan una cesárea creyendo erróneamente que es una opción más segura que el parto vaginal.

Riesgos

Según los textos médicos, los riesgos de una operación cesárea son bajos, pero reales. La operación es una cirugía mayor y, comparada con un parto normal, es más peligrosa para la madre. Son mayores los riesgos de otras complicaciones tales como la infección, hemorragia, coágulos sanguíneos y daño a la vejiga o los intestinos también son mayores. También se ha sugerido que la cesárea podría privar al bebé de hormonas y otras sustancias liberadas durante el parto.

La mortalidad materna en los partos por cesárea es entre dos y seis veces mayor que en los naturales. También aumenta la morbilidad, como resultado del elevado uso de antibióticos, el mayor número de días de internación y la elevada incidencia de infecciones.

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