¿Qué es una Úlcera péptica?
Una úlcera péptica es una lesión en la mucosa del esófago, el estómago o el duodeno (la parte inicial del intestino), que resulta de un fallo del sistema de protección de este revestimiento.
En una situación normal, el tubo digestivo produce mucosidad y sustancias neutralizantes para evitar ser atacado por el jugo gástrico liberado para la digestión de los alimentos, compuesto principalmente por ácido clorhídrico y pepsina. Sin embargo, la presencia continuada de algunos agresores desequilibra este mecanismo, por un lado aumentando la producción de jugos digestivos y, por otro, reduciendo el grosor de la pared de la mucosa (debido a la ausencia de la capa de moco), lo que facilita la penetración de los ácidos que finalmente provocan la lesión.
Las úlceras afectan en gran medida a la calidad de vida de las personas, pero, en la mayoría de los casos, pueden tratarse sin causar más complicaciones. Sin embargo, en ausencia de tratamiento, existe el riesgo de que la lesión llegue a capas más profundas y provoque una hemorragia, o de que perfore la mucosa, provocando una fuga del contenido gástrico hacia la cavidad abdominal, lo que requiere atención de urgencia.
Causas de una úlcera péptica
El síntoma más común de la úlcera es el dolor en la región central del abdomen, que aparece unas horas después de las comidas. La manifestación suele referirse a un dolor de ardor o de hambre, en medio de la noche, que es bastante característico de la úlcera. Además de este síntoma, la persona también puede tener náuseas, vómitos, pérdida de apetito, sensación de estómago lleno o hinchazón y, en los casos más graves, hemorragias que se perciben en las heces o el vómito.
Síntomas de una úlcera péptica
En el 90% de los casos, la causa de la enfermedad de úlcera péptica es una bacteria llamada Helicobacter pylori, que está presente en al menos el 60% de la población, aunque sólo una pequeña proporción desarrolla la enfermedad. La principal forma de infección con este microorganismo aún no está bien establecida, pero se sabe que suele entrar en el tracto digestivo por la ingesta de agua contaminada, por el contacto con gotas de saliva de personas infectadas y por la transmisión oral-fecal, que se produce principalmente por el consumo de alimentos manipulados con las manos contaminadas por falta de cuidados higiénicos básicos.
Otros casos de úlceras son consecuencia del uso de antiinflamatorios y del tabaquismo, que no sólo favorecen la aparición de lesiones sino que dificultan su curación. Un número muy reducido de personas puede sufrir también síndromes de hipersecreción, que hacen que el tubo digestivo produzca, sin razón aparente, una mayor cantidad de jugos digestivos. Por último, hay úlceras causadas por tumores y otras de origen desconocido.
Exámenes y diagnósticos de una úlcera péptica
Las quejas del individuo apuntan con fuerza a la sospecha de una úlcera, pero la confirmación depende de la realización de una endoscopia digestiva alta, un examen que visualiza el tubo digestivo mediante un tubo flexible con fibra óptica en la punta (endoscopio) introducido a través de la boca. Además de la visión directa, este método permite la realización de la prueba de la ureasa, que consiste en analizar un pequeño fragmento de la mucosa gástrica para el examen directo de la presencia de Helicobacter, o la biopsia con examen anatomopatológico, para verificar el grado de inflamación de la mucosa y la naturaleza de sus alteraciones, si es benigna o maligna.
Tratamiento de una úlcera péptica
El tratamiento se basa en el uso de antiácidos para neutralizar el exceso de ácido existente o de fármacos que inhiben su producción. Si se demuestra la presencia de Helicobacter mediante pruebas diagnósticas, también será necesario el uso de una combinación de antibióticos para eliminar este agente infeccioso. Cabe señalar que, en la mayoría de los casos, la erradicación de la bacteria da lugar a la curación.
Prevención de una úlcera péptica
Parece difícil evitar el contacto con Helicobacter, ya que más de la mitad de la población mundial es portadora de la bacteria en su tracto digestivo, y las vías de infección no están bien establecidas. En cualquier caso, al igual que la protección contra cualquier infección gastrointestinal, la prevención de la enfermedad de úlcera péptica requiere cuidar la higiene personal y evitar el agua y los alimentos de dudosa procedencia. Paralelamente a estas medidas, es importante evitar la ingesta innecesaria de fármacos antiinflamatorios y, en el caso de los fumadores, abandonar el tabaquismo, que provoca otras enfermedades graves, además de la úlcera péptica.